El pasado viernes la diputada del PP fue víctima de una
pesada broma por parte de uno de sus compañeros, el Presidente de la Comunidad
Valencia Francisco Camps. Ante el bochorno que estaba pasando Fabra debido a,
no a el ya famoso “que se jodan” refiriéndose a los parados, sino a que no
siguió las leyes de su partido de callar lo que realmente se piensa, su
compañero Camps le dijo que cavase un agujero y se metiese dentro para
esconderse como ha hecho Rajoy durante meses. Fabra, sin comprender la metáfora
ni la broma, lo hizo. Recogió de su casa lo indispensable para vivir: un
teléfono móvil, catorce frascos de colonia, ocho mantillas y su colección de
nueve años de la revista Hola y pagó 2 euros a un ecuatoriano para que
realizase el agujero en el jardín de su casa.
Los problemas comenzaron cuando, una vez asentada en el
agujero, telefoneó a Camps para decirle que ya estaba escondida. Camps confesó
la broma pero ya era demasiado tarde: Fabra intentó salir pero el agujero era
demasiado profundo. Mientras llegaban los bomberos, Fabra cometió otro error:
viendo que era imposible acceder a la superficie decidió intentar salir del
agujero por abajo, de modo que comenzó a cavar hundiéndose más y más. Ahora se
encuentra a 40 metros de profundidad.
El portavoz de los bomberos ha declarado que sería fácil
sacar a Fabra del agujero pero que cuando estaban a punto de hacerlo llovió y
esto ha dificultado las tareas de rescate, ya que Fabra se encuentra atrapada
en el lodo. Inexplicablemente el portavoz de los bomberos nos guiñó un ojo tras
estas declaraciones.
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